La tasa de interés se define como aquel precio que se paga por el uso del dinero, durante un determinado período de tiempo. Dicho precio se refiere a un porcentaje de la operación de dinero que se realiza. En el caso de que se trate de un depósito, entonces la tasa de interés se referirá al pago que recibe la institución o persona por prestar dicho dinero a otra persona o empresa.
Las tasas de interés no pueden ser cualquier monto que se decida imponer, sino que se trata de un monto que el Banco Central de cada país fija a los demás bancos, los que, a su vez, las fijan la quienes, por ejemplo, les solicitan un crédito. De este modo, un buen ejemplo sería lo que sucede de manera genérica, donde la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras fija una tasa de interés máxima convencional para los créditos. Este monto es el máximo posible que puede llegar a tomarse como tasa de interés para todas las instituciones que la cobren, y en caso de superar dicho monto, habrá una sanción dictada por la ley de dicho país.
Existen varios tipos de tasa de interés y distintos valores son aplicados según quién la cobre. Es debido a lo anterior, que a la hora de pedir un préstamo o un crédito, es responsabilidad del consumidor o prestatario, investigar en torno a todas las opciones que el mercado financiero le ofrece, ya que obtener un servicio de un banco o una institución financiera, que cobre altas tasas de interés podría elevar sus deudas de una forma muy significativa. De este modo, y como ya se ha mencionado, cada vez que se quiera realizar un gran proyecto, lo mejor será asesorarse por gente experta en el tema, y así evitar sobrepagar los créditos solicitados o verse agobiado por deudas que provienen, en su mayoría, de las altas tasas de interés que no fueron consideradas en un principio, y que elevan las cuotas mensuales en gran medida.
Creada Por: Luisa Fernanda Tovar Osorio
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